Ruta 22, Buscando una meta.

Mientras Paulo caminaba desprevenido, después de haber ganado su primera batalla pokemon, el suelo se muebe bajo sus pies. Al comienso es solo un bamboleo suave, pero rápidamente aumenta de intencidad hasta transformarse en un verdadero terremoto. Paulo, confundido, no se mueve, hasta que ya es demaciado tarde...

Un Onix salvaje a aparecido.


El onix solo sale a la superficie un momento, pero demaciado cerca de Paulo. El muchacho cae inevitablemente en el agujero que onix acababa de abrir. Hacia arriba, no hay forma de subir, pero alrededor de Paulo se extiende una red subterranea de túneles y cavernas.

Spearrow no cayó con él puesto que puede volar, pero desde arriba lo miraba duditatibo. Paji (spearrow) sé q no te gustan los lugares encerrados, así que regresa a tu pokebola, estaremos a salvo.- Lo regresó.
Inspeccionó la red de túneles y vió como onix se alejaba en la superficie, no era hostil. Miró las cuevas y se veían demasiado oscuras... no portaba una linterna a manos, así que me fui siguiendo el camino más cercano palpando el muro y caminando con cuidado.

Una vez que los ojos de Paulo se habitúan a la oscuridad, nota que el túnel no está del todo a oscuras; alguna clase de minerales dentro de la caverna brillaban con luz propia. La luz del túnel era muy debil, pero la suficiente para poder caminar por él sin tropezar. A medida que caminaba, Paulo se iba encontrando con un paisaje extraño; primero aparecieron estalactitas y estalagmitas, seguidas prontamente de un río subterraneo. Se ven de tanto en tanto sombras en el agua, señales de pokemon que en ellas habitaban, pero la luz era demasiado pobre para ver de que clase se trataban. Al avanzar más, el río se enzanchaba, hasta convertirse en un lago. El terreno firme por el cual Paulo avanzaba se termina, siendo substituído por una que otra piedra ocacional, lo suficientemente cercanas para avanzar a travez de ellas a saltos.

Interesado y asustado a la vez, se internó aún más, rodeando el lago, listo para mandar a Bob de ser necesario....
-Hay alguien ahí?.- preguntó precavido. Tomó una Pokebola.- Bob, ven te quiero a mi lado para estar más atento.

Debido a la falta de espacio, Bob no puede marchar al lado de Paulo, teniendo que mantenerse a sus espaldas. El instinto protector de bulbasaur lo hacía acercarse mucho a su entrenador, mirando con desconfianza las aguas con sus sombras y todo lo que se retorcía en ellas. De repente, sobre el agua comienza a brillar una lucecita que cada vez se agrandaba más y más; algo se acercaba por las aguas. Bob fue el primero en notarlo, y al hacerlo, se plantó firme en el suelo, y empezó a gruñirle a la fuente de la luz..

Vamos Bob, tranquilo....- trató de decir "no pasará nada" pero las palabras se ahogaron en su boca cuando se dio cuenta de lo que era....

El terror se reflejó en la cara de Paulo al ver como dos gastlys se acercaban a él y Bob, pero entonces vió que estos solo guiaban el bote de una viejecita, quien llevaba una lámpara de la cual manaba la luz.



¡-Por todos los cielos!... Niño ¿que haces acá abajo? hombres experimentados se an extraviado en estas cuevas.

Paulo tratando de armarse de valor tras ver por primera vez a un Pokemon fantasma, no logra responder nada. Bob avanza amenazante sin dejar de sentir miedo a su vez también...
-Yo.... yo... onix... cueva... Añil.....- balbuceó.

-¡Habla claro, niño, por Dios!- apremió la anciana- Como sea... subete al bote; te vas a perder y morir si te la pasas por ahí, caminando sin rumbo, y no me interesa encontrar un cadaver humano la proxima vez que pasee por aquí.

La mujer colocó su bote en la orilla y le tendió una mano a Paulo, pero Bob aún se resentía a ella, y gruñía quédamente, sin atreverse a confiar.

"Bueno, no me hice entrenador para dormir en Centros Pokemon y demostrar mi valía limpiamente en un coliseo... esto también es parte del camino del entrenador" Pensó Paulo. Se acercó un poco más, a la anciana y tomó a Bob entre sus brazos y subió al bote con ayuda de la extraña.
-¿Dónde nos lleva esta cueva?.- Preguntó.

-Al Monte Moon, a Meseta Añil, a la Cueva Diglet- decia la anciana mientras empujaba la orilla con un remo, liberando el bote de la tierra firme- sospecho que probablemente lleve hasta Johto. Esta red de túneles se extiende por varios kilómetros; están formados por la erosión ocurida por aguas subterraneas desde el período Cretácico; es facil perderse...
La anciana sonrío de manera misteriosa, mientras los dos gastly volaban alrededor del bote.

-¡Fuego Fatuo!- La anciana gritó tan de golpe, que casi hace a Paulo caer del bote.
Al oír la orden, uno de los gastlys acendió y de su cuerpo brotaron varias lenguas de fuego de un color azuloso, las cuales se expandieron por todo el terreno, dando una idea de donde estaban.

La cavera era mas grande de lo que a primera vista parecía; la oscuridad ocultaba ss verdaders límites. Durante un segundo, Paulo pudo ver conchas con forma de domo y otras con forma de espiral que se mecían bajo las aguas.

"Conchas... en la piedra" Pensó. Esto le parecía cada vez más raro y se preguntaba si no tratar de salir de la cueva en un inicio fue un error...
-Señora, ¿Qué son esas piedras con formas de domo y hélices?.- Las hélices parecían especialmente extrañas.- y... ¿Cuál es su nombre?.- Preguntó sintiéndose un poco avergonzado por su falta de gratitud. Bob se movió incómodo.

La mujer se carcajéa de forma algo grosera
-Mira con mas atención, niño ¿has visto a las piedras nadar? ...este lugar es muy antiguo, deberías agradecer que esas "piedras" sean lo único que nos hayamos encontrado.

El bote se detuvo de pronto, la anciana miró intensamente a Paulo, mientras empezaban a moverse lentamente en circulos, por la corriente del lago subterraneo.

-Esta es la parte más profunda del lago, aquí es donde se reúnen. Mira con más atención las "piedras"...¿no tienes una pokedex? pense que en estos días a todos los mocosos le daban una... ¡En mis tiempos no teníamos esas tonterías que nos facilitaran el viaje!...en fin, si quieres saber que son las conchas, solo registralas en tu pokedex.

Nuevmente la mujer le dirigió al muchacho una de sus miradas intensas.

Paulo, del nerviosismo, casi se le cae la Pokedex al agua, pero Bulbasaur lo ayudó a sostenerla...
Omanyte es uno de esos Pokémon ancestrales que se extinguieron hace muchísimo tiempo y que la gente ha recuperado a partir de fósiles. Si un enemigo le ataca, se esconderá dentro de la dura concha que tiene. .- Dijo el Pokedex. Luego apuntó a otro....
Kabuto es un Pokémon regenerado a partir de un fósil. Aunque, en raras ocasiones, se han encontrado casos de ejemplares vivos. En sus 300 millones de años, este Pokémon no ha cambiado en nada.

"....No sé si alegrarme o temer" Pensó.
-No sé por qué pero quiero regenerar uno de esos Pokemon. Bob! Usa tu liana para soltarlo y tráelo hacia nosotros!.- Ordenó.

Mientras Paulo y Bob estaban distraídos recogiendo una de las conchas, la anciana pone una de sus huesudas manos sobre el muchacho, y lo sujeta con fuerza. Durante un momento parece que va a arrojarlo hacia las profundidades del lago subterraneo, pero en lugar de eso, lo tira con fuerza al interior del bote.

-Ten cuidado, crío. Casi das vuelta mi bote; si te quieres ahogar, allá tú, pero yo aún aprecio mi vida, por poca que me quede.

Despúes de que Paulo se quedara quieto en el bote, Bob finalmente sacó sus lianas del agua, al hacerlo, todas las otras conchas se fueron al fondo del lago, probablemente asustadas por las lianas que habían irrumpido en su habitad. Lo que sostenía Bob no era ningún fosil... la criaturita se movía, desesperado, tanto que el pequeño bulbasaur no tuvo mas opción que soltarlo dentro del bote.

Kabuto (macho) lv 7 ha aparecido


El miedo hizo que Kabuto se desmallara. Kabuto está inconciente en el suelo del bote.

"No se si reirme o llorar" Pensó.
-Wow! estaba vivo!! y al parecer es un miedoso como nosotros, verdad Bob?.- Dijo Paulo a punto de reirse.- Intentemos esto....

Paulo usó Pokeball .

...

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¿Lo Has Capturado?:

Una carcajada fría y aspera resuena por la cueva.

-Esa fue el peor intento de captura que he visto- dijo la vieja- ...y lo peor es que funcionó. Niño, no se si llegues a ser un buen entrenador, pero tienes una suerte muy retorcida.

El bote se estremeció fuertemente.
-Bájate del bote, el resto del camino lo haremos a pie... ¡ustedes, holgazanes!- dijo dirigiendose a sus gastlys- vengan acá y alumbren con Fuego Fatuo el camino.

Paulo sin creer en su suerte, casi se cae cuando el bote tocó tierra. Bob nuevamente lo ayudó a no caer.
"Si sigo así seré Maestro Pokemon cuando los Charmander digan algo más que -Chaa-" Pensó.
Siguió a la anciana sin acercarse mucho por temor a sus Gastly....
-No me respondió una pregunta... ¿Quién es usted?.- Preguntó con un sentimiento de no querer saber la respuesta.

La vieja lo miró por sobre el hombro, y sopezó un buen tiempo antes de contestarle, mientras solo se oían sus pasos y el traquetéo del bastón con el que ella se apollaba.
-Me llamo Agatha, muchachito...¿y tu? Con tu suerte no me sorprendería que te hicieras el Campeón de la Liga...mejor saber desde ya como te llamas.

-Campeón de... la liga?.- Preguntó incrédulo Paulo como si jamás hubiera escuchado esas palabras juntas.- No... solo soy un niño, señora Agatha, gracias por salvarme en la cueva, quizás donde estaría a esta altura de no ser por usted...- Hizo una reverencia.- Paulo... Paulo Martell para servirle, este es Bob, mi primer amigo y este... .- Sacó una Pokebola y Spearrow salió de ella.- Es Paji, lo salvé de unos Fearrows salvajes que le atacaban.

Agatha volvió a carcajearce con su risa aspera.

-¿Es que acaso no te has ganado ningún pokemon con una buena batalla? Esta juventud de hoy... No creas que te critico; conosco muchos buenos entrenadores que se han armado su equipo solo a base de la amistad. Aún así, un verdadero luchador pokemon les demuestra a sus capturas quien manda...La gente no lo entiende, cree que es crueldad, pero cuando un pokemon cae derrotado ante ti, éste admira tu valor y fuerza, y se fortalecerá hasta que sea un miembro digno de tu equipo...¡Recuerda mis palabras, niño Paulo! El amor es importante, pero tambien debes ganarte el respeto de tus pokemon.

La anciana se calló un tiempo, y ambos entrenadores, y los tres pokemon avanzaron en silencio un momento. Agatha carraspeó y le dirigió la palabra a Paulo de nuevo.

-¿Que pretendes hacer, niño Paulo? Pronto el túnel se bifurcará y deberás decidir que hacer para tener un túnel que recorrer. La vida es como estas cavernas, si no sabes hacia donde vas, te pierdes sin remedio.

"Acaso me quiere dejar solo?" pensó.
-He.... no lo sé muy bien.- "oh! si es como mi patio trasero señora fantasma".- Estas piedras iluminan el camino pero no sé a donde guían.... ¿Qué me propone usted? ¿Enseñarme tal vez a demostrar respeto a mis Pokemon? .-Dijo con la comisura de sus labios en una expresión de desafío.

La anciana le sonrío a Paulo, y por primera vez en el viaje, no en señal de burla, sino de simpatía.

-A eso es a lo que me refería, niño Paulo; aún te veo indeciso en que camino tomar, pero ya muestras algo de convicción al defender tus principios...No muchacho, no te dejaré solo. Yo te mostraré el camino, no las piedras brillantes. Cuando llegas a mi edad, aprendes a hacer que el mundo te espere, asi que tengo tiempo para sacarte de aquí antes de volver a la Meseta Añil... Y por cierto, si quisieras hacer que tus pokemon te respeten luchando contra mí, piensa de nuevo, aún te queda mucho que recorrer.

Le dedicó a Paulo otra sonrisa sincera, de respeto. Entonces, el gastly que sabía Fuego Fatuo se adelantó y usó dicho ataque para mostrar una enorme cavidad a modo de cúpula, en la cual había decenas de túneles.

-Bueno niño Paulo, llegó la hora de decidir; por ese camino- dijo señalando con su bastón- volveras a ciudad verde, de ahí podrás volver a tu casa, si lo que deseas es rendirte. Por ese otro- dijo apuntando otro túnel- llegarás a la Meseta Añil, aunque con tus pokemon no lograrías gran cosa. Por allá llegarás a un pueblo pequeño, pero que tiene un buen instituto del cual salen los mejores Criadores Pokemon... pero por esa cueva-dijo mostrando el tunel más pequeño y oscuro- alcanzarás Ciudad Plateada, donde todo verdadero luchador pokemon debe probarse con Brock, un muchacho tonto, pero fuerte... Dime niño Paulo ¿que camino tomarás?

"Muchacho tonto pero fuerte, se referirá a mi?" Pensó.
-Así como lo plantea señora Agatha, tomo el camino hacia Ciudad Plateada... La liga me puede esperar cuanto quiera, ciudad Verde no tiene nada que ofrecerme y no me interesa aparear Pokemon.... aún.....-dijo paulo meditabundo.- ¿Dice que irá a la Meseta? ¿Trabaja ahí?.- preguntó algo confundido.

La risa burlona de Agatha no se hizo esperar.
-No sabes nada, niño Paulo- dijo mientras regresaba a uno de los gastlys y sacaba de su pokeball a un gengar.- Sigue tu camino y si te conviertes en un verdadero luchador pokemon, cuando llegues a la Meseta Añil me encontrarás- el tono de Agatha demostraba que no pensaba hablar más del asunto.

La anciana se subió a la grupa de Gengar, ya que el camino era demasiado abrupto para que una mujer de su edad lo recorriera por su cuenta. El camino era muy trabajoso para Paulo, por lo que no le quedaba mucho tiempo para hablar, y pese a que Agatha flotaba sobre su pokemon, tampoco parecía en animos de conversar.

De golpe un resplandor muy fuerte cegó a Paulo, desorientándolo por un momento. Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, vio sobre él el cielo azul.

-Por aquí es casi vertical, por suerte hay escalerillas para que subas... a penas llegues al centro pokemon duerme un poco; hemos camiado toda la noche y supongo que estás agotado. Por la luz, debe estar amaneciendo. yo cumplí con mi promesa...¡cuidate niño Paulo!

La anciana, montada sobre su Gengar se dirigió de vuelta a las profundidades oscuras, pero antes de desaparecer, se dió vuelta hacia Paulo una vez más.

-¡Atrapala, niño!- le arrojó una pokeball al chico- Me la dio una compañera de trabajo, es la cría de su Glaceon, pero a mi no me interesa... ¡Ya casi completas tu equipo, sin siquiera luchar!

Agatha se marchó riendo por las profundidades, y el eco de la cueva expandía y retorcía el sonido, convirtiendo la carcajada en un sonido verdaderamente aterrador


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