Tras los pasos de Baudi en Silph SA

Nuestro encuentro fue repentino. Sucedió al hallar mi robot de juguete, se había extraviado anteriormente. ¡En ese instante, un Pokémon surgió del motor del cortacésped! Mientras asía con fuerzas el robot, lo miré, paralizado por la ``extraña visión´´. El Pokémon flotaba en el aire, impulsado por una energía invisible. Como si sintiera curiosidad, y sin ningún miedo, voló hacia mí. Lo acompañaban sonidos chispeantes, como de electricidad estática. ¡Por raro que parezca, el Pokémon era fuente de tal energía! Alarmado, me estremecí, seguro de que mi cara recibiría un chispazo! Para mi sorpresa, el Pokémon pareció honrarme con una sonrisa. Finalmente comprendí que el Pokémon solo deseaba ser mi amigo. He decidido llamar 'ROTOM' a este asombroso Pokémon. No es muy original, ya que ROTOM surgió ante mí del motor de un cortacésped. Motor y ROTOM... ¡La relación es obvia! ROTOM es un Pokémon sencillamente sensacional. El hecho de que pueda hacerse invisible es solo el comienzo. ¡Lo que lo hace único es su capacidad de introducirse en máquina y manejarlas! ROTOM y yo nos hicimos muy amigos. Siempre estábamos juntos. Sin embargo, la electricidad que emanaba de él impedía el contacto. No podíamos tocarnos, por no hablar de abrazarnos o darnos la mano, pero no nos importaba. Porque nuestro vínculo era mucho más profundo e incorpóreo. Un día tuve el impulso de cometer una travesura imprudente. Mientras veía flotar a ROTOM, decidí sobresaltarlo...(asustarlo) Desconozco por qué sentí es impulso. Quizás por el susto, ROTOM descargó más energía de lo habitual. Caí, sin sentido, víctima de mi insensatez... Cuando recupere la conciencia, vi con horror que ROTOM había desaparecido. Busqué a mi amigo por todas partes, consternado y desesperado. 'No te atormentes' 'La culpa es mía, no ha pasado nada'.'Vamos a jugar como siempre' Por más que repetí estas palabras, no obtuve señal de que las hubiera oído... Mi búsqueda de ROTOM me llevó muy lejos de mi hogar. Fue en el vertedero de la ciudad donde hallé mi viejo robot de juguete. Nuestro ojos se encontraron y el robot agitó las manos, saludándome. Entonces supe que había encontrado al amigo que perdí. corrí hacia él y lo abracé con fuerza, sin dejar de parlotear. Los ojos del robot se iluminaron de alegría mientras lo abrazaba. Estoy seguro de que, dentro de él, ROTOM emitía montones de electricidad. Por alguna razón, sentí que comprendía mejor su modo de pensar. Además, me di cuenta de que seríamos amigos toda la vida...